Un quiste de ovario es una bolsa llena de líquido u otro tejido, que se presenta dentro o sobre el ovario.

La mayoría son benignos y suelen desaparecer solos. Dentro de los más frecuentes están: quistes simples o funcionales que desaparecen en 6 – 8 semanas, teratomas que son quistes con diferentes tejidos dentro (piel, cabello, uñas, dientes), endometriomas (quistes asociados con endometriosis), cistoadenomas que son quistes benignos de gran tamaño que se forman en la superficie del ovario.

La mayoría de las pacientes con quistes en los ovarios no presentan ningún síntoma, y son diagnosticadas durante la valoración médica o durante la valoración ecográfica de rutina. Los quistes de gran tamaño pueden generar dolor por torsión del ovario o por ruptura y/o sangrado.

La ecografía transvaginal es el examen de elección para valorar las características del quiste (tamaño, localización, forma, contenido). Este estudio se puede complementar con la medición de una sustancia en sangre llamada CA 125, el cual ayuda a valorar la posibilidad de benignidad o malignidad del quiste.

El tratamiento va desde la vigilancia, el manejo con medicamentos hasta la cirugía  (en caso de quistes muy grandes o en caso de sospecha de cáncer).