Uno de los grandes mitos del embarazo es que entre menos actividad física y ejercicio se realice menos riesgos de complicaciones se van a correr, pero esto no puede estar más alejado de la realidad.

La realización de ejercicio moderado y adecuadamente supervisado durante el embarazo está lleno de beneficios.
La actividad física se inicia idealmente desde el primer trimestre (antes de la semana 12). Se debe hacer ejercicio 3 a 4 veces a la semana con una duración entre 30 – 60 minutos. Deben ser ejercicios de moderada intensidad, esto quiere decir que no produzca fatiga y que permitan que la madre puede entablar una conversación sin dificultad durante su realización; y que no aumenten los latidos cardíacos maternos más allá de los 140 latidos por minuto. Esta rutina puede llevarse hasta el momento del parto, o antes en caso que por alguna condición medica se contraindique su realización.
Dentro de los ejercicios que han sido más estudiados y que se encuentran recomendados por su seguridad en el embarazo están la caminata, la bicicleta estática, baile – aeróbicos, natación, yoga, Pilates.
Recuerden siempre tener una buena hidratación antes y después de cualquier actividad, y procuren que el ejercicio y la buena alimentación sean parte fundamental de su embarazo.